viernes, 10 de mayo de 2013

Autoestima y Niños





La Autoestima es un conjunto de sentimientos de forma positiva. No tiene porque significar conocerse a uno mismo, sino que puede estar relacionado: con el éxito, el cumplimiento de unas exigencias marcadas por uno mismo y la configuración de ideas que se tiene de uno mismo.
Quien posee poca autoestima posee escasa capacidad de tener éxito en el aprendizaje, en las relaciones con los demás y en cualquier otro aspecto de la vida. Por lo que un niño sin autoestima evitará situaciones que le provoquen ansiedad, despreciará sus dotes, sentirá que nadie le valora, echará la culpa de sus fracasos a los demás. Por el contrario un niño que posee autoestima se sentirá orgulloso de sus éxitos, actuará con independencia, sabrá afrontar situaciones, mostrará sus sentimientos y emociones.
En la autoestima existen 3 motores que van a influir en el comportamiento del niño:
- El niño actúa para confirmar la imagen que tiene de sí mismo: esto quiere decir, que si se siente bueno actuará bien, pero si está convencido de que es malo obrará mal.
- El niño actúa para obtener mayor satisfacción y sentirse mejor.
- Actuará para ser coherente con la imagen que tiene de sí mismo.
La autoestima también influye en el rendimiento escolar. Un niño con una inteligencia alta puede tener malas notas; otros con una inteligencia media, pueden ir mejor. Todo dependerá de cómo se sienta el niño consigo mismo y del ambiente escolar. Un niño con poca autoestima luchará con cosas que le producen ansiedad y esto conllevará a que en los estudios le vayan mal. Otro factor en la autoestima de los niños es el papel que juegan los padres y maestros. Los niños tienden a imitar a sus padres, por lo que, los padres se convierten en modelos importantes para sus hijos.

lunes, 6 de mayo de 2013

A TRAVÉS DEL JUEGO PODEMOS ESTIMULAR DIFERENTES TIPOS DE INTELIGENCIA


En el desarrollo del niño uno de los aspectos que más favorecen el progreso de su inteligencia es el juego y la multitud de oportunidades que éste supone para la estimulación de los niños. Se debe tener presente que la inteligencia tiene multitud de vertientes que requieren una similar estimulación para que los niños tengan un desarrollo equilibrado en las diferentes áreas. Así tenemos que ir dejando atrás la clásica idea según la cual la inteligencia se reduce a la inteligencia propia del lenguaje y la correspondiente al razonamiento de tipo más abstracto o manipulativo (es decir, la capacidad de manipular figuras, imaginar objetos, etc., sin que participe el lenguaje en ningún momento).
En la actualidad se habla de que disponemos de unas 8 inteligencias diferenciadas, teoría desarrollada por el psicólogo americano H. Gardner, y por supuesto no tenemos el mismo rendimiento en todas ellas, sino que podemos tener una gran capacidad en una y un bajo rendimiento en otra. Podríamos decir que lo más conveniente sería presentar un perfil equilibrado entre las diferentes inteligencias pero en algunas ocasiones también puede ser interesante tener una inteligencia más desarrollada que las otras, lo que se podría constituir en un talento.
A continuación hablaremos de las diferentes inteligencias y cómo las podemos estimular por medio del juego:
- Inteligencia lingüística: se refiere a la capacidad relacionada con el lenguaje, tanto en la comprensión como en su expresión. Un ejemplo de persona que presenta un desarrollo más marcado de esta área sería un escritor o un poeta.
En cuanto a juegos y otras herramientas que podemos utilizar para estimular la inteligencia lingüística podríamos hablar de adivinanzas, canciones, “trabalenguas”, juegos de encadenar palabras, descubrimiento de los diferentes sonidos que componen una palabra, hacer rimas …
- Inteligencia corporal o kinestésica: se refiere a la capacidad para utilizar de forma precisa y exacta nuestro cuerpo, tanto en lo referente a movimientos globales como correr o bailar como movimientos tanto finos como el de un cirujano en el aplicar un corte con el bisturí.
En cuanto a juegos: podemos hablar tanto de los de tipo motor más grueso como cualquier tipo de deporte hasta los movimientos más finos como los juegos de construcción o de crear collares con bolitas.
- Inteligencia musical: la capacidad para percibir el ritmo, tanto en lo referente a la escucha como a la producción musical por medio de instrumentos o el canto. Una persona con un buen desarrollo de esta inteligencia sería un músico, un cantante o un compositor.
En cuanto a su estimulación la formula más eficaz consiste en la exposición a la música de forma lo más precoz posible, especialmente la música clásica sinfónica, pero también se convierten en una herramienta importante los juegos de seguimiento de ritmos, las canciones infantiles o bien los juegos de afinar el oído como descubrir ruidos o instrumentos a la naturaleza o a la música.
- Inteligencia espacial: se trata de la habilidad para percibir y representarse el espacio, serían habilidades propias de un arquitecto, un fotógrafo, un artista, etc.
Para la estimulación una de las formas más eficaces es el uso de juegos de construcción, así como el dibujo o los juegos de exterior como las carreras de orientación. Asimismo juegos complejos como el ajedrez o el Tangram ayudarán a desarrollar esta capacidad.
- Inteligencia lógico – matemática: esta inteligencia se ocupa de la capacidad de resolver problemas en los que no esté implicado el lenguaje. Sería la inteligencia más propia de un matemático, un ingeniero o un economista.
La forma de estimular esta inteligencia correspondería con la presentación de situaciones problemáticas y la búsqueda de herramientas para su resolución, aspecto que se puede desarrollar tanto a partir de juegos de mesa, como el parchís o el ajedrez como partir de las situaciones que nos ofrece la cotidianidad.
- Inteligencia interpersonal: podríamos hablar de nuestra capacidad para relacionarnos socialmente de una forma eficaz y satisfactoria, resolver adecuadamente los problemas interpersonales y comprender y saber actuar conforme a los sentimientos de los demás.
En este ámbito el juego adquiere gran importancia por medio de los juegos grupales y también los juegos de equipo como los deportes pueden ayudarnos en este sentido. Sin embargo, los juegos de simulación de situaciones cotidianas teatralizadas como los juegos de cocinitas, de representación de la escuela, etc. serán los que nos podrán ayudar más en este sentido a estas edades.
- Inteligencia intrapersonal: probablemente esta sea una de las inteligencias que más tarde se desarrollan, se trata de la capacidad de autoconocimiento, autocontrol, identificación de las emociones propias y regulación del pensamiento. Podríamos hablar de la inteligencia propia de un filósofo o un escritor por ejemplo.
Para ir potenciando esta inteligencia, aunque en las primeras edades resulta difícil, podemos utilizar juegos que estimulan la atención y la concentración como: el Memory, Simon, buscar diferencias o los juegos de mesa que implican el uso de estrategia.
- Inteligencia naturalista: se trata de la capacidad para captar la naturaleza, comprender-y poder actuar sobre ella de forma eficaz. Se trataría de la inteligencia propia de personas que trabajan y viven en contacto con la naturaleza como campesinos, botánicos, biólogos.
La mejor manera de estimular este tipo de inteligencia consiste en la experimentación y la vivencia de la naturaleza, así el contacto con esta resultará fundamental para su desarrollo, ya sea por medio de la práctica del senderismo, la orientación o la familiarización con las especies vegetales y animales.

domingo, 24 de febrero de 2013

¿Cómo actuar si llega veinte minutos más tarde?


Hay que escuchar sus explicaciones (si las hay), pero estas no le eximen de su retraso. Los adolescentes se despistan muchas veces de la hora y otras veces intentan arañar unos minutos más con los amigos. Al día siguiente, hay que hacerle entender que todo tiene sus consecuencias. Y por tanto, en la próxima salida debe llegar antes. Si los retrasos son reiterados: no dejarle salir el fin de semana siguiente.
Si nunca respeta los horarios, llega muy tarde ¿qué hacer?Plantear nuevos retos de superación
Esa conducta se ha ido fraguando poco a poco. Los padres deben preguntarse por qué. Algunas causas pueden ser fallos de los padres. Por ejemplo: fueron cediendo por falta de fortaleza o por comodidad. El problema no se puede resolver en un día. Hay que dialogar con el hijo con argumentos y proponerle el reto de regresar poco a poco al horario inicial, ganando media hora cada noche. Si no funciona: obligarle a levantarse al día siguiente a la hora que debe para dejar libre su habitación. Si así sólo puede dormir cuatro horas, se lo pensará mejor.
¿Se puede flexibilizar el horario en alguna ocasión?Pueden existir excepciones, pero que no se conviertan en rutina.
Los horarios deben ser estables. Ante un contecimiento importante, como un cumpleaños, el horario se puede flexibilizar. Pero hay que tener mucho cuidado, porque los chavales siempre van a intentar convencernos de que cada fin de semana hay una celebración importante. Las excepciones no se deben convertir en rutina.
¿Es conveniente llamarle al móvil para saber dónde está?Los padres deben controlar a los hijos, pero ellos no deben sentirse controlados.
Los adolescentes se deben responsabilizar de llamar a los padres, por tanto hay que evitar hacerles la típica llamada de teléfono preguntando dónde están y con quién. Los chicos tienen que sentir que controlan esas nuevas experiencias. Si han llegado a la hora y en buenas condiciones durante un tiempo, tampoco es necesario fiscalizar porque sienten que no tienen libertad.
¿Debemos pedirle los teléfonos de los otros chicos y de sus padres? Sí, los adolescentes son muy vulnerables y corren riesgos.
Resulta imprescindible. No solo como medida de seguridad, sino también porque muchos intentarán dormir en casa de otro amigo, y eso hay que comprobarlo. Incluso es importante hablar con los padres de los amigos de nuestro hijo y fijar una hora de regreso a casa para todo el grupo. Los chicos siempre nos dirán que sus amigos llegan más tarde. Y es problable que sea mentira.
¿Qué debo tener en cuenta cuando salga de casa?Con quién va, a dónde y cuánto va gastar propios hijos.
Hay que ganarse su confianza. Una manera de estar tranquilos es conociendo a sus amigos, los sitios que frecuenta el grupo, saber en qué ambientes se mueven... Eso ayudará a los padres a conocer los problemas que se pueden encontrar. 
¿A qué edad comienzo a negociar el horario de llegada a casa? Sobre los 14-15 años ya están preparados.
A esa edad se les debe exigir que cumplan con una dinámica familiar y a cambio se les respeta las nuevas experiencias. Los pactos deben ser serios y claros, e incluso escribirlos en un documento, explicando las consecuencias de no cumplirlo. Así no hay lugar para ambigüedades (que hay que evitar a toda costa). Es preciso huir del pacto de última hora: no se negocia minutos antes de salir, ni cuando se esté discutiendo ni cuando haya habido un conflicto reciente que no se haya resuelto.

A cada edad, su hora

Con 14 años: La llegada debe ser a las 21,30h. En ocasiones especiales a las 23 h.
Con 16 años: Hora de llegada a las 22.30. En ocasiones especiales a la una de la madrugada.
Con 18 años: Hora de llegada a las 24 h. En ocaciones especiales, a las tres o cuatro de la madrugada.

Las claves enseñar a tu hijo a dormir en su cuarto





La noche supone un reto para los niños puesto que muchas veces, tienen miedo a la oscuridad. Pero es un aprendizaje para los peques, aprender a superar el temor a la oscuridad para que puedan dormir solos. 


Pasos a seguir

1. En primer lugar, un ritual diario de descanso previo al sueño es importante porque los niños necesitan unas rutinas. Por ello, puedes leer al niño todas las noches un cuento antes de dormir, apostando siempre por historias positivas y humanas que dulcifican los sueños infantiles. Evita cualquier historia que pueda darle miedo.
2. Pon una lámpara pequeña en la mesilla de noche y déjala encendida hasta que el niño se duerma. En los primeros días, le servirá de gran ayuda poder ver algo de luz en el cuarto.
3. Un peluche aporta seguridad y confianza a un niño, por ello, puedes dejarle que duerma en compañía de su muñeco favorito.
4. Los padres tienen que ser muy fuertes a la hora de no ceder ante los llantos del niño. No cedas, si ya habéis dado el paso de que el peque siga en su cuarto, entonces, sigue perseverando. Es importante reaccionar con indiferencia ante su llanto. Pero al principio, puedes acercarte para hablarle y calmarle.
5. Los niños imaginan fantasmas donde no los hay. Por ejemplo, siempre tienen miedo de aquello que pueda haber detrás de la cortina. En ese caso, evita las cortinas largas que llegan hasta el suelo y utiliza mejor, visillos que cubren únicamente, el margen de la ventana. Del mismo modo, puedes utilizar una cama canapé puesto que así los niños no tendrán miedo de que haya un monstruo debajo de la cama.
6. No te asustes en exceso por los llantos infantiles. En muchos casos, los niños no lloran por temor a la oscuridad sino porque no quieren despedirse de sus padres y dejar de jugar.
7. Evita que el niño vea la televisión por la noche porque esto estimula su cerebro.


Piensa en positivo, vive el día a día: el niño aprende a dormir solo a través de la experiencia porque así, se acostumbra a hacerlo. Por tanto, también tienes que darle tiempo. En caso de tener varios niños, es positivo que los dos hermanos duerman juntos en una misma habitación.